lunes, 2 de abril de 2012

Ejemplo de superación


Irene Villa está esperando un hijo y, aunque para los niños sus padres son lo más parecido a un superhéroe que conocen, el hijo de esta valiente y optimista madrileña, tiene razones de peso para decir que su madre es toda una heroína.

El nombre de Irene Villa comenzó a recibir una dolorosa fama el día 17 de Octubre de 1991 cuando ella solo tenía doce años. Sufrió un ataque de ETA mientras se dirigía al  colegio con su madre, la funcionaria de la Dirección General de Policía, María Jesús González. Una bomba adosada al coche en el que viajaba estalló, llevándose las piernas y tres dedos de la mano de la joven, y una pierna y un brazo de la madre. A pesar del duro golpe golpe que este atentado supuso en la vida de Irene y su familia, estos no se rindieron y continuaron luchando.

Aquella bomba no pudo retener los sueños de esa inocente niña y mucho menos acabar con sus ganas de comerse el mundo. Años más tarde, Irene comenzó estudios de Psicología, Humanidades y Comunicación Audiovisual. También es columnista de prensa y colabora en distintas emisoras de radio. En 2004 escribió un libro titulado “Saber que se puede” en el que plasma su experiencia y sus reflexiones. Participa en diversos congresos formados por el grupo “Lo que de verdad importa” en los que también participan otros personajes públicos como Rafael Nadal. Solo nos queda rendirnos ante la evidencia de saber que Irene es toda una luchadora, su filosofía de vida se entiende leyendo esta frase que es la encargada de hacernos ver su personalidad y ayudarnos a comprender por qué ha llegado tan lejos: “Mira al frente, ten valor y jamás te rindas”


YULEICA PERTIERRA



Dopaje, cuestión ética


Para entender la finalidad del dopaje nos tenemos que remontar a los valores que se asocian con el deporte. El deporte es el mejor método para mantener un equilibrio anímico y físico, además de ayudar a descargar energía y olvidarse de ciertas tensiones.
Pero en el deporte de élite la carga psicológica y física aumenta considerablemente dado que el único fin es conseguir la victoria.

Muchos deportistas buscan en el dopaje modificar su estado psicológico y físico para aumentar así su rendimiento o curar lesiones en el menor periodo de tiempo posible. Pueden llegar a conseguir aumentar su rendimiento, pero a un precio demasiado caro. Al consumir este tipo de sustancias atentan contra su integridad física y mental, pudiéndoles costar la muerte. Por otro lado las sanciones económicas y deportivas en contra del dopaje son muy duras, además del gran desprestigio social que eso supone. Pero todas estas consecuencias se quedan pequeñas al lado de la razón más importante, el dopaje influye en el deporte de forma muy negativa, haciendo que todos sus principios, como el juego limpio, la competitividad sana o la superación personal queden en el olvido.

Afortunadamente, hoy en día el dopaje esta muy perseguido y por lo tanto cada vez hay menos. No obstante, algunas veces los deportistas se ven involucrados en causas de dopaje aún siendo inocentes de las mismas. Esto daña su imagen y les hace perder en muchas ocasiones la fe en el deporte al que llevan toda su vida dedicándose. Es el caso de deportistas como Alberto Contador o Marta Domínguez, esta última declarada inocente después de verse involucrada en la operación Galgo. Pero el caso del ciclista de Pinto es el más sonado dado que sin pruebas sostenibles en su contra le han prohibido competir durante un tiempo, arrebatándole además diversos premios. A pesar de estos casos aislados, hay que felicitar a las instituciones que condenan y persiguen el dopaje a nivel mundial por la gran labor que están desempeñando, preservando los valores del deporte.


YULEICA PERTIERRA


¿Fin de la libertad?


Se ha convertido en una de las propuestas de ley más habladas y polémicas de la historia de la legislatura de EEUU: la ley SOPA o Ley H.R. 3261 fue presentada en el congreso el 26 de Octubre de 2011 con el fin de frenar la creciente oleada de descargas de contenidos ilegales de la red. Así bien, poco se oyó hablar de esta propuesta hasta que nos afectó a todos, y con esto no me estoy refiriendo exclusivamente al cierre de Megaupload, pues soy consciente de que hay aún gente que prefiere comprar un CD de música o un libro (pese a sus elevados precios, debo añadir) que bajarlos de internet con un simple clic. Aparte de este ambiente de terror entre las páginas de descargas, también tenemos que añadir la parte de la ley que habla del “streaming” de contenido con derechos de autor, es decir, todas esas páginas utilizadas para escuchar la radio o ver programas de televisión de forma gratuita que pasarían al cajón de los cigarrillos en la oficina.  
La ley SOPA y su compañera PIPA no han sido aprobadas aún, pero sus efectos se muestran ya antes de que se ponga la firma en el papel; por mucho que quieran decir que estos dos proyectos no tienen nada que ver con los cambios que se están produciendo en el mundo virtual, creo que es como una especie de ensayo para mostrar a los opositores las “ventajas” que tendría su aprobación, pues  no han encontrado otra forma de hacer unánime el “sí” en el parlamento de Estados Unidos.
Todo el mundo se paralizó el día del cierre de la grandísima empresa Megaupload; el gobierno y los efectivos policiales comenzaron una búsqueda sin descanso de contenido ilegal para eliminarlo, las páginas aún existentes buscaron métodos para protegerse y algunas incluso anunciaron el cese en el intercambio de datos. Desde las grandísimas Fileserve hasta los pequeños blogs de literatura juvenil empezaron a verse afectados, bien porque tenían enlaces en el sitio web o por amenazas de cierre de sus páginas. Una tontería a mi parecer que todos los medios y el mismísimo gobierno de los Estados Unidos no fuesen capaces de cerrar la boca mientras se llevaban esposado a Dotcom, tanta gloria y excitación por una normativa que resulta ridícula por varios motivos. ¿Saben ustedes como está afectando esto a muchos usuarios de Youtube? Se cuentan a miles los vídeos que hay en la red utilizando canciones (o incluso frases de canciones), que no proporcionaban ningún enlace de descarga ni hacían mal uso del material multimedia, que han sido eliminados.
 Me pregunto si incluso llegará el momento en que los niños de primaria tengan que pagar por cantar las canciones del verano mientras saltan a la comba en el parque… El ansia de las editoriales, las discográficas y todas las compañías dedicadas al arte de proteger lo que “es suyo” se está volviendo imparable. ¿No sería más fácil, señores ministros, poner regulaciones a los precios del material digital para que no se excedan? Si repasamos la lista de precios, actualmente un libro te cuesta incluso 5 euros más que hace cuatro años, y mucha gente no está dispuesta a comprarlo por muy fan que sean del autor  si lo pueden tener en menos de cinco minutos de manera gratuita.
 Debemos tener en cuenta que  Internet ofrece un sinfín de posibilidades y creo que siempre se encontrará un modo de burlar las normas. Por tanto, lo que se está haciendo me parece una pérdida de tiempo y dinero, cuando lo que creo que de verdad ayudaría sería apoyar a esas páginas legales que ofrecen descargas de multimedia a precios módicos; esas que apoyan la continuidad de la era de las innovaciones tecnológicas, porque aunque la época del papel y los discos de doble cara han sido muy tiernos, ha llegado la hora de seguir adelante. Quedarse atascado en el pasado intentando rescatar lo que ya está medio muerto es algo inútil, es como combatir misiles nucleares con un ejército armado con cuchillos de plástico.



ELENA ROMERO